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La doctora Deidre Barret, especialista en Psicología Clínica y Evolutiva, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, presentó un estudio en el que habló del ciclo de sueño de los perros y lo que este animal puede llegar a fantasear. El resultado es increíble y conmovedor.
Los perros, igual que los seres humanos, cambian de posición mientras duermen, experimentan diversas etapas del descanso, tienen sueños ligeros y profundos, aun con los párpados cerrados sus ojos se mueven, por la gran actividad cerebral que les ayuda a mejorar su capacidad de memoria y aprendizaje. Incluso pueden sufrir pesadillas y trastornos del sueño, como la narcolepsia, de lo que se salvan es de la famosa “parálisis del sueño”.
¿Y qué hay de lo que sueñan? En ese aspecto tienen mucho más parecidos al ser humano. Disfrutan recrear las actividades más agradables del día, sueñan que corren, juegan, persiguen algún insecto pero, sobre todo, con el tiempo que pasan con su dueño, su olor, la alegría que les produce verlo llegar a casa, cuando reciben una caricia o simplemente una mirada de amor. En pocas palabras: si tienes perro, lo más seguro es que sueñe contigo.
Cuando el perro duerme y tiene la lengua de fuera está en la etapa más profunda de sus sueños. Varias investigaciones han demostrado que la frecuencia de éstos también tiene que ver con el tamaño de su cuerpo. Uno pequeño tiene muchos sueños pero de poca duración y uno grande, pocos pero de larga duración. Tampoco debemos olvidar que entre más grande sea un perro, más horas de sueño necesita a lo largo del día.
La doctora Deidre Barret explicó que quien desee que su perro tenga sueños más felices, lo mejor que puede hacer es procurar que se divierta y disfrute todo lo que le rodea.
